- Arenas: Txemi, Goiria, Elorriaga, Pereda, Gurtubai (Alzola, m. 65), Uranga, Txopi, Rober (Ollora, m. 74), Aitor Ramos (Marti, m. 84), Valero y Murci.
- Leioa: Xabi, Garmendia, Iturraran, Tito, Iriondo (Prado, m. 61), Robles, Lafita, Julio (Paredes, m. 61), Seco (Barrasa, m. 61), Tuto y Pito.
- Goles: 1-0. M. 51. Rober. 2-0. M. 55. Murci. 2-1. M. 73. Iriondo. 3-1. M. 90. Murci.
- Árbitro: Rezola Etxebarria. Amonestó a Txopi, Goiria y Marti por los locales y a los visitantes Iturraran y Tito.
- Incidencias: Alrededor de 1.000 personas se dieron cita en la grada de Gobela. Casi lleno. Ambiente extraordinario en el partido decretado como medio día de ayuda al club.
El Arenas cotiza al alza. Quiere ser más grande y lo demostró en Gobela de la mejor manera posible. Superó al vecino Leioa en un partido que prometía grandes sensaciones y que respondió a las expectativas. Un millar de personas, la mayor entrada de la temporada, fueron testigos de la pujanza del conjunto rojinegro, hambriento de victoria y premiado con ella tras el esfuerzo realizado en este complicado envite.
El conjunto anfitrión tenía mucho respeto al rival de esta trigésima jornada. No en vano, el partido enfrentaba a dos de los equipos que mandan en la clasificación. Las espadas estaban en todo lo alto y, de entrada, ninguno de los contendientes estuvo dispuesto a ceder.
En los primeros veinte minutos del primer período el juego resultó muy impreciso y discontinuo. Las constantes faltas y los largos desplazamientos propiciaban que el balón pasara de uno a otro bando sin pisar las áreas. Después el Arenas comenzó a carburar y, no sin dificultad, buscó en las dos bandas a sus hombres más incisivos.
Las huestes de Gonzalez Etxebarria acumularon ocasiones como para desnivelar el marcador antes de retirarse al descanso, pero fueron incapaces de materializarlas y no pudieron modificar los guarismos iniciales. Rober, en dos ocasiones, Murci y Valero no atinaron con sus lanzamientos. Entre tanto el Leioa sólo disparó entre los tres palos en una ocasión. Lo hizo Lafita y Txemi detuvo el balón.
El partido cambió completamente en el segundo tiempo. El Arenas insistió en la búsqueda del gol y éste llegó a los seis minutos de juego de la reanudación en una acción en el área que supo resolver Rober. Cuatro minutos después Murci con un disparo raso y cruzado superaba de nuevo a Xabi. El choque estaba ya muy bien encarrilado.
El preparador del Leioa realizó un triple cambio para intentar reconducir la situación y el encuentro entró en otra dimensión. Los visitantes cambiaron la lectura del partido y optaron por colgar constantes balones sobre el área de Txemi, la mayor parte de las veces resueltos por la defensa rojinegra. Sin embargo, en un despeje corto, Iriondo lanzó un disparo que se coló junto al poste.
La grada ronroneaba y los nervios se palpaban en el ambiente. La posibilidad de un nuevo gol rondaba ambas porterías. El Arenas contragolpeaba con peligro y el Leioa respondía con balones aéreos. El reloj estaba a punto de consumir el tiempo reglamentario cuando el goleador Murci se inventaba un disparo raso y ajustado que hizo estallar de júbilo la grada de Gobela. Era el tercero. Inapelable.
- Leioa: Xabi, Garmendia, Iturraran, Tito, Iriondo (Prado, m. 61), Robles, Lafita, Julio (Paredes, m. 61), Seco (Barrasa, m. 61), Tuto y Pito.
- Goles: 1-0. M. 51. Rober. 2-0. M. 55. Murci. 2-1. M. 73. Iriondo. 3-1. M. 90. Murci.
- Árbitro: Rezola Etxebarria. Amonestó a Txopi, Goiria y Marti por los locales y a los visitantes Iturraran y Tito.
- Incidencias: Alrededor de 1.000 personas se dieron cita en la grada de Gobela. Casi lleno. Ambiente extraordinario en el partido decretado como medio día de ayuda al club.
El Arenas cotiza al alza. Quiere ser más grande y lo demostró en Gobela de la mejor manera posible. Superó al vecino Leioa en un partido que prometía grandes sensaciones y que respondió a las expectativas. Un millar de personas, la mayor entrada de la temporada, fueron testigos de la pujanza del conjunto rojinegro, hambriento de victoria y premiado con ella tras el esfuerzo realizado en este complicado envite.
El conjunto anfitrión tenía mucho respeto al rival de esta trigésima jornada. No en vano, el partido enfrentaba a dos de los equipos que mandan en la clasificación. Las espadas estaban en todo lo alto y, de entrada, ninguno de los contendientes estuvo dispuesto a ceder.
En los primeros veinte minutos del primer período el juego resultó muy impreciso y discontinuo. Las constantes faltas y los largos desplazamientos propiciaban que el balón pasara de uno a otro bando sin pisar las áreas. Después el Arenas comenzó a carburar y, no sin dificultad, buscó en las dos bandas a sus hombres más incisivos.
Las huestes de Gonzalez Etxebarria acumularon ocasiones como para desnivelar el marcador antes de retirarse al descanso, pero fueron incapaces de materializarlas y no pudieron modificar los guarismos iniciales. Rober, en dos ocasiones, Murci y Valero no atinaron con sus lanzamientos. Entre tanto el Leioa sólo disparó entre los tres palos en una ocasión. Lo hizo Lafita y Txemi detuvo el balón.
El partido cambió completamente en el segundo tiempo. El Arenas insistió en la búsqueda del gol y éste llegó a los seis minutos de juego de la reanudación en una acción en el área que supo resolver Rober. Cuatro minutos después Murci con un disparo raso y cruzado superaba de nuevo a Xabi. El choque estaba ya muy bien encarrilado.
El preparador del Leioa realizó un triple cambio para intentar reconducir la situación y el encuentro entró en otra dimensión. Los visitantes cambiaron la lectura del partido y optaron por colgar constantes balones sobre el área de Txemi, la mayor parte de las veces resueltos por la defensa rojinegra. Sin embargo, en un despeje corto, Iriondo lanzó un disparo que se coló junto al poste.
La grada ronroneaba y los nervios se palpaban en el ambiente. La posibilidad de un nuevo gol rondaba ambas porterías. El Arenas contragolpeaba con peligro y el Leioa respondía con balones aéreos. El reloj estaba a punto de consumir el tiempo reglamentario cuando el goleador Murci se inventaba un disparo raso y ajustado que hizo estallar de júbilo la grada de Gobela. Era el tercero. Inapelable.
Fuente: arenasclub.com
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