El Arenas ha vuelto
Getxo, municipio situado a apenas 12 kilómetros de Bilbao, ha sido durante los últimos 100 años la reserva natural de la alta burguesía vizcaína. Hogar y segunda residencia de empresarios cuyo capital alimentó el desarrollo industrial de la margen izquierda de la ría del Nervión, Getxo continúa viviendo hoy holgadamente de la inercia generada en esa primera mitad del siglo XX. Sin embargo, esta bella localidad bañada por el mar Cantábrico crece y disfruta mientras da la espalda al deporte profesional. Nombrada Ciudad Europea del Deporte en 2014, Getxo, sorprendentemente, carece, salvando las excepciones de los equipos locales de rugby y hockey, de referentes deportivos que paseen el nombre del municipio por el mundo profesional. Esta es la realidad a día de hoy y por eso sorprende, tanto a foráneos como a buena parte de los locales, saber que no siempre fue así.
Durante el primer tercio del siglo pasado decir Getxo, o más concretamente Arenas Club de Getxo, era hablar de fútbol del máximo nivel. De un rival que en boca de jugadores que defendían escudos mucho más laureados sonaba a reto, a desafío deportivo y, en muchas ocasiones, a derrota inminente. El Arenas Club de Getxo, equipo ya centenario dado que su fundación se remonta a 1909, pertenece a esa estirpe de clubs de fútbol, junto a Real Unión Club de Irún o CE Europa, que no supieron o no pudieron envejecer bien. La llegada del profesionalismo al fútbol supuso el abandono por parte del Arenas Club de Getxo de la élite pero, hasta ese momento, durante más de 20 años, Getxo ocupó un lugar privilegiado en el mapa futbolístico nacional.
La llegada del profesionalismo al fútbol supuso el abandono por parte del Arenas Club de Getxo de la élite pero, hasta ese momento, durante más de 20 años, Getxo ocupó un lugar privilegiado en el mapa futbolístico nacional…
Allá por 1910 el fútbol español estaba por hacer. Únicamente algunos equipos como el vecino Athletic Club de Bilbao, el FC Barcelona y el Madrid FC, todavía sin el título de Real, contaban con una infraestructura y cohesión social en apariencia sólidas. Y es en esta coyuntura, cuando un grupo de jóvenes, cuyo principal entretenimiento había sido ir al campo de Lamiako a ver jugar a sus ídolos bilbaínos, decidió armarse de valor y constituyó el embrión del actual Arenas Club de Getxo. El crecimiento de esta institución fue exponencial. En 1913 se incorporaba a la Federación Norte y 4 años más tarde ya se proclamaba campeón de ésta por delante de, ni más ni menos, el Athletic Club de Bilbao, campeón de España las tres ediciones anteriores. Este triunfo, y otros que vinieron más adelante, le dieron al club arenero el derecho a luchar por el título de campeón de Copa del Rey.
No fue a la primera, el Madrid FC, previo replay al más puro estilo inglés, se interpuso entre el Arenas Club de Getxo y la gloria, pero sí a la segunda, en 1919, cuando la escuadra rojinegra se hizo con el trofeo en honor a Alfonso XIII. El rival, el FC Barcelona; el lugar, el Estadio del Paseo Martínez Campos, hogar del Racing de Madrid, y, el resultado final, 5-2 a favor de los getxotarras con prorroga incluida y tres goles de Fidel Sesumaga. Posteriormente llegaron dos subcampeonatos más, frente a Real Unión Club de Irún y el propio FC Barcelona, pero la inclusión del Arenas Club de Getxo en el olimpo de los campeones de copa del rey ya se había conseguido. De hecho, en la actualidad, casi un siglo después, la lista de campeones de copa del rey se limita a 14 equipos. Uno de ellos el Arenas Club de Getxo.
Entre 1913 y 1935 el club arenero fue parte de la élite del fútbol español disputando en su estadio de Ibaiondo, inaugurado en 1925 y con capacidad oficial para 10.000 espectadores, sus más memorables encuentros como conjunto local. Peña, Sesumaga, Vallana, Yermo, Jáuregui son nombres que hoy no nos dicen nada, pero durante esos 20 años llevaron a la escuadra rojinegra al máximo nivel. La lista de jugadores del Arenas Club de Getxo que han pasado a la historia es amplia y basta, como prueba de ello, indicar que la selección española que alcanzó la plata en los JJ.OO. de 1920 contaba en sus filas con 3 jugadores areneros: Vallana, Robus y Pagaza. Tal y como era común en la época, se trataba de deportistas muy diferentes a los actuales, cuyo brillo, en muchos casos, no se limitaba al fútbol. Como paradigma, José María Yermo. Dos veces subcampeón de copa y miembro del equipo con el que el Arenas Club de Getxo inauguró la primera liga de la historia en 1929, Yermo participó en los JJ.OO. de Ámsterdam de 1928. Si bien, no lo hizo luciendo exclusivamente la capitanía de la selección española de fútbol, sino también sus otras y variadas capacidades atléticas. Al fútbol, Yermo unió su participación en la disciplina de 400 metros lisos así como en la prueba ciclista del kilómetro lanzado. Se trataba de un deportista total, algo impensable en la actualidad. El getxotarra era todo un portento físico que, además, consiguió en el mayor evento futbolístico de la época, pasarían 6 años hasta que tuviera lugar el primer Mundial, anotar el primer hat trick del combinado nacional.
Como si para la afición del Arenas Club de Getxo el inicio de la Guerra Civil se hubiese adelantado un año, el sueño de su equipo campeón empezó a languidecer al consumarse el descenso a segunda división en la temporada 34-35. A partir de ese momento, nada ha sido lo mismo. Ni el adiós a Ibaiondo, ni el estreno de Gobela en 1947, todavía feudo del club de Getxo pero convertido, desafortunadamente, en campo de hierba artificial, fueron capaces de detener la constante caída del equipo arenero. El periodo que va de 1943 a 1947 le convirtió en filial de sus antiguos rivales del Athletic Club de Bilbao. Posteriormente, tras recuperar la independencia, se convirtió en un asiduo de las ligas de Regional Preferente y Tercera División…En definitiva, un escenario que hubiera resultado inexplicable a ojos de aquellos Samitier, Bernabéu y Ciriaco que tenían en el club rojinegro a un igual.
Como si para la afición del Arenas Club de Getxo el inicio de la Guerra Civil se hubiese adelantado un año, el sueño de su equipo campeón empezó a languidecer al consumarse el descenso a segunda división en la temporada 34-35…
Es cierto que poco queda del club que logró alzarse con la copa del rey de 1919 pero el Arenas Club de Getxo sigue vivo y, de hecho, su salud da síntomas de clara mejoría. El pasado mes de julio, tras el enésimo partido del play-off de ascenso a segunda división B, el Arenas Club de Getxo logró el ansiado objetivo. Bajo la dirección en el banquillo de Jon Pérez Bolo, el mismo que logró 25 goles con la camiseta del Rayo Vallecano, el equipo arenero ha vuelto a segunda división B, haciéndose de nuevo con un sitio en el fútbol nacional. Es evidente que sólo se trata de un paso, pero este paso, imposible de ejecutar desde la última vez que se hiciera 1979, ha permitido al Arenas Club de Getxo, entre otras muchas cosas, volver a honrar visita a Madrid. No fue al Estadio del Paseo Martínez Campos como en los buenos tiempos, sino a Valdebebas, pero seguro que el socio del Arenas Club de Getxo está luciendo con más orgullo que nunca su condición de “Histórico”. Por cierto, aquellos amantes de lo retro tienen una cita ineludible. Como si de una reedición de la final de copa del rey de 1927 se tratara, este fin de semana en el Stadium Gal de Irún, Real Unión Club de Irún y Arenas Club de Getxo se volverán a ver las caras.
Fuente: http://www.undergroundfootball.com/?p=6440
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